Los compositores de cine en España podrían ser también damnificados por los efectos negativos que tenga para el conjunto de la profesión la enmienda introducida a última hora por el PSOE en el texto de la Ley General de Comunicación Audiovisual, finalmente aprobada el 26 de mayo con los votos a favor de PSOE, PNV, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe, los votos en contra de ERC, EH Bildu, CUP, BNG, Compromís, Más País, PdeCAT, Navarra suma, Vox y Junts, y la abstención de Unidas Podemos, PP y Ciudadanos. Esta enmienda fortalece al duopolio televisivo en perjuicio de los productores independientes, modifica la definición de productor independiente e incluye a televisiones privadas y a plataformas internacionales como si también lo fueran. Por ejemplo, un productor vinculado a Mediaset podrá ser considerado independiente si genera sus contenidos para Atresmedia, compitiendo de forma desleal y con injusta ventaja con los verdaderos productores independientes, pues tienen las ventanas donde exhibir y anunciar su contenido, algo por lo que los independientes deben pagar. Por si no fuera bastante, se suprime la obligación de las televisiones de invertir un 5% en producciones independientes.
Las principales asociaciones audiovisuales (incluida la Academia de Cine), todas las asociaciones españolas de productoras independientes, además de decenas de actores, directores o productores, han firmado un manifiesto para rechazar la enmienda: Es una sentencia de muerte para la industria audiovisual española tal y como la conocemos, afirman. Los productores independientes son empresarios no vinculados a cadenas de televisión y plataformas. Si la producción independiente real desaparece, desaparecerá una de las últimas islas donde los compositores podían refugiarse para respirar.
He escrito mucho sobre ello y más se tendrá que escribir: las condiciones que las grandes plataformas están imponiendo a los compositores son abusivas, explotadoras y directamente saqueadoras cuando se constituyen como editoriales (sin funcionar como tales) y obligan por contrato a ceder la mitad de los derechos. O no habrá trabajo. Para que se entienda bien: es algo así como si para poder trabajar en una fábrica el trabajador tuviera que ceder el 25% de su salario legítimo a su empleador, o de lo contrario no tendría el trabajo. Es una salvajada -¡estamos hablando del 50% de los derechos de autor!- que lleva durando demasiado tiempo sin que nadie le ponga freno. Y esto unido a los otros males que viene sufriendo el sector (rebaja de presupuestos, acortamiento de plazos, la tiranía de Netflix y otras plataformas...)
En el ámbito de la producción independiente los compositores no sufren estas presiones ni se ven compelidos a firmar contratos abusivos si quieren pagar sus hipotecas o la escuela de sus hijos. Pero en el momento en que se equipara a grandes empresas con productores independentes, si estos (los reales) desaparecen, el futuro de los músicos de cine pintará muy desalentador. ¿Por qué no preocupan estas cuestiones? ¿por qué no se pone freno a estas barbaridades? Todos los partidos (y especialmente los de ámbito nacional) tienen la obligación ética y patriótica de proteger a nuestros compositores, no ponerse del lado de las grandes plataformas que los explotan. Pero sucede que los compositores no dan votos y son demasiado pequeñitos como para preocuparse por ellos. Es lamentable, pero ya tuve constancia de ello cuando recibí el silencio e indiferencia de todos los partidos políticos con representación en la comisión de Cultura con el polémico asunto de la Orden CUD/582/2020 (puedes leer lo que publicamos en varios artículos aquí): hace 11 meses que lo puse en conocimiento de los actores políticos y no ha sucedido absolutamente nada.
Apoyar a los compositores y a la dignidad de su profesión no consiste en fotografiarse con ellos, pedirles firmas, darles likes, gritarles a los cuatro vientos vivas ante cualquier cosa que hagan: apoyarles es tomarse muy en serio lo que está sucediendo, denunciarlo tantas veces como sea necesario y sobre todo no ser indiferente. Porque son fundamentales en el cine y porque están en peligro.