Los protagonistas de Madagascar (05) regresan en una tercera aventura en la que formarán parte de un circo ambulante que viajará a través de varios lugares de Europa.
Es realmente difícil estructurar una banda sonora de manera solvente y sólida cuando se insertan canciones que nada tienen que ver con lo instrumental y que están puestas con fines meramente comerciales. Es el caso de esta tercera entrega de Madagascar (05), que el compositor asume como un entretenimiento divertido y ameno, pero que es obligado a compartirlo con canciones triviales y perfectamente olvidables. El resultado, aunque esforzado, es pues muy parcheado y la obra del compositor acaba por resentirse.