Western sobre un sheriff completamente abandonado por los vecinos de su pueblo cuando corre la voz de que llegan unos asesinos a vengarse de él.
Imponente partitura que gira en torno a una balada, la poderosa "Do Not Forsake Me, Oh My Darlin", que sirvió de base al resto de la banda sonora para expresar el pesar del protagonista, su soledad y también la amenaza sobre él. Con enorme poder dramático, agudizó la tensión.
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