El próximo martes 3 de julio arranca la tercera edición de Movie Score Malaga (MOSMA) evento que, tras el enorme éxito del pasado año, ha colocado a la ciudad andaluza en el mapa de las capitales del mundo en lo que se refiere a festivales relacionados con el tema que nos apasiona. El plantel de invitados es de lujo, encabezado por John Powell y con la presencia de Marco Frisina, Taro Iwashiro, Jeff Russo, Jeff Beal, Christophe Beck y Víctor Reyes, quienes participarán en charlas, conciertos y otras actividades que vienen detalladas en el calendario de la web oficial del festival, al que me remito. Este año MundoBSO estará representada por nuestro colaborador Mario Pons Sansegundo, quien relatará lo que acontezca con la libertad de criterio que es distintiva en esta web, tal y como ya sucedió el pasado año con las crónicas de Ignacio Marqués Cuadra, quien por encontrarse de estudios en Roma no podrá acudir al festival de su propia ciudad.
Nadie ha sido más severo que yo en la crítica cuando las cosas se han hecho mal pero mis aplausos han sonado bien fuertes cuando se han hecho bien o cuando se ha sabido rectificar. Sobre la primera edición de MOSMA publiqué dos editoriales (MOSMA en mayúsculas, en junio 2016, y MOSMA equilibrado, en julio de ese año), donde dí cuenta que salvo el tema de asistencia a las charlas, floja, los conciertos habían cubierto las expectativas. En la segunda edición, el pasado año, aparte de las extensas crónicas de Ignacio Marqués (que fueron seis entregas con el título Diario de MOSMA), también le dediqué dos editoriales: Los nuevos retos de MOSMA y MOSMA se pone en el mapa, donde constaté y reseñé mejoras importantes a todos los niveles, de programación y organizativo.
Pero naturalmente sigue habiendo importantes retos, como lograr implicar más a la ciudad y no solo para los conciertos, mejorar la asistencia a charlas (que de todos modos el pasado año aumentó significativamente, lo que es un buen indicio) y muy especialmente dar una cuota por responsabilidad -por llamarlo de alguna manera- a los compositores españoles, este año solo representados por Victor Reyes, quien además repite por segundo año consecutivo. Este año se abre un espacio formativo (MOSMA Master), donde participarán algunos de los invitados y el director musical, Arturo Díez Boscovich, con clases magistrales. También tendrá lugar MOSMA Industria, en la que se abordarán algunos de los temas usuales en este tipo de eventos como una charla sobre cómo desarrollar y difundir una carrera en Hollywood, que suelen ser charlas que quedan muy bien puestas en programas y ante patrocinadores pero poco prácticas para audiencias que seguramente no habrán hecho ni un cortometraje. Un poner la miel en la boca que ya he visto en otros eventos (Cracovia, Polonia) y que no aportan mucho por basarse en obviedades. Pero aunque cansinas -y algo engañosas, todo hay que decirlo- tienen perfecta cabida en cualquier festival. Lo fundamental y la gran ausencia en estos festivales es que se explique más y mejor qué es el cine, en qué consiste el oficio del compositor-cineasta, y que el festival (este y cualquiera, pues todos caen en lo mismo) no solo sea de celebración de la música sino especialmente del cine que hay en ella.
Todas las charlas anunciadas tienen mucho interés, pero debo decir que el título de una de ellas me irrita mucho: La música aplicada a las imágenes desde el prisma del director de cine, que impartirá el director Rodrigo Cortés. Nada menos que un director de cine hablando de aplicar música a las imágenes, esto es, empapelar de música una película. Ayer mismo publiqué el segundo capítulo de la serie de vídeos Tópicos de la Música de Cine, que dediqué precisamente a este tema (ver vídeo) Afirmar que la música se aplica a las imágenes es desconocer su potencial narrativo y dramático, y aunque así sea en algunos casos en muchos otros sencillamente no es así. Si se conociera de verdad lo que es la música de cine a nadie (ni a ponente ni a la Organización) se le ocurriría incluir un título tan burdo como este. Me resulta extraño y triste que el director de Buried (10) tenga esa mala y banal idea de lo que es la música de cine, aunque ciertamente los pésimos resultados en Luces rojas (12) puedan hacer entendible ese desconocimiento.
Pero esta es realmente la única objeción, junto a la casi ausencia de compositores españoles. En lo demás MOSMA arranca con todos los vientos a su favor. Como ha venido sucediendo con casi seguridad habrá un segundo editorial de conclusiones, y con casi seguridad será positivo. La próxima semana empieza una gran fiesta en Málaga y MundoBSO estará allí para contarlo y para celebrarlo.