El Festival de Cine Español de Málaga ofrecerá un concierto en el que, con el título Variaciones (Música de Cine en España), sonarán temas de Indiana Jones, Doctor Zhivago, Game of Thrones, Star Wars o Doctor Who. No es una broma.
Esto, en el marco de un festival que se supone debe apoyar y mostrar al mundo lo mejor en la producción cinematográfica de nuestra industria, de la que inseparablemente forma parte la música escrita para construir sus películas. Cuando en un festival dedicado exclusivamente al cine de un país se organiza un concierto de clausura, se espera que rinda tributo a la producción musical del cine al que se devociona. Hay abundante música de cine español de calidad, tanta como para programar varios conciertos, pero su presencia en este es testimonial, para cubrir el expediente y justificar el título del concierto. Lo conforman Las aventuras de Tadeo Jones (Zacarías M. de la Riva), Los otros (Alejandro Amenábar) y El hijo de la novia (Ángel Illarramendi), englobadas las tres en un apartado que lleva falsedad: "Sin Fronteras (Una mirada al cine español rodado en otros países)". Los otros fue rodada en su mayor parte en Madrid y Cantabria, Tadeo Jones animada principalmente en nuestro país y El hijo de la novia es un filme argentino. Otro detalle chapucero: ni siquiera Illarramendi está bien escrito en el anuncio de la web del festival, y le han quitado una 'r'. ¿Saben acaso quién es?
El segundo apartado se titula "Plató Internacional (Retrospectiva de las grandes producciones extranjeras rodadas en España)", un cajón de sastre en el que se meten Lawrence de Arabia y Doctor Zhivago (Maurice Jarre), Star Wars: Episode II - Attack of the Clones e Indiana Jones and the Last Crusade (John Williams), In the Heart of the Sea (Roque Baños), Conan the Barbarian (Basil Poledouris). Finalmente, en el tercero, "Series de Televisión", donde se escucharán Game of Thrones y Doctor Who. En definitiva, y emulando a nuestro Presidente Rajoy: un concierto de españoles, y muy españoles y mucho españoles.
Este concierto sería fantástico para cualquier otro momento o evento, ¿pero qué sentido tiene en el Festival de Cine Español?. Todo apunta que desde buen comienzo no ha habido interés alguno en hacer un concierto de nuestra música de cine pero era imperativo que España estuviera en el título, y han encontrado la manera: buscar bandas sonoras extranjeras populares de películas que hayan pisado territorio español en sus rodajes: y así, con total tranquilidad, se puede españolizar el episodio II de Star Wars solo porque una escena se rodó en Sevilla. Un catetismo muy a lo Bienvenido Mr. Marshall, si se me permite. Y creo que es mejor calificarlo de catetismo que de engaño.
Metida Star Wars con calzador cabe cualquier otra película y solo queda rellenar con tres títulos mal encajados y peor justificados para que no se pueda decir que no hay compositores españoles: ni de Roque Baños se ha elegido un film español. Hay estupendas bandas sonoras españolas para series televisivas, ¿por qué Doctor Who?. Y ni rastro de Fernando Velázquez, Alberto Iglesias, Pascal Gaigne, Lucas Vidal y un largo etcétera de omisiones que deberían avergonzar al equipo de programación y en cualquier otro país reclamar explicaciones cuando no el cese a su director, Juan Antonio Vigar, responsable de este desprecio.
Desconozco si el Festival está subvencionado pero si lo estuviera se debería conocer si el concierto, por llevar en el título el nombre España, se ha acogido a alguna ayuda con dinero público, porque no sería de recibo utilizar dinero público presupuestado para apoyar la promoción del cine español y que se emplee para pagar a empresarios que gestionan partituras de bandas sonoras no españolas. Es solo una especulación, pero es legítimo (y sano) plantearlo, y una obligación de los responsables responderlo. Porque si así fuera sería una competencia desleal con, por ejemplo, una empresa privada española como la FSO, que hace el mismo tipo de conciertos bajo su propio riesgo.
Este concierto responde a intereses empresariales y también sentimentales completamente ajenos a lo que es un festival de cine dedicado al cine español, y su director ha preferido complacer esos intereses ajenos al cine español. Lo hizo el pasado año y en este se confirma el rumbo desnortado. La música de cine español no se merece este trato que lo que transmite al público en general vía los medios de comunicación es que no hay material, y que por ello se recurre a lo extranjero, o que con compositores españoles no hay concierto posible. Es algo que rebaja la categoría del festival, de su director y que también afecta la merecida reputación del director de orquesta Arturo Díez Boscovich, si se presta a participar en este agravio a sus colegas y al poco sutil engaño al público.
Lo peor de todo es que esto les importa bien poco a sus responsables, pero también que no faltarán compositores españoles encantados de ser partícipes secundarios e indiferentes al ninguneo dispensado por el Festival que en teoría más debía apoyarles. Porque en cualquier otro evento, lugar o fecha este concierto sería uno más de tantos, mejor o peor. Aquí, en este evento, lugar y fecha, es una humillación en toda regla.