En verano de 1976, una adolescente colabora con un grupo de mujeres para visibilizar la causa feminista y lograr la aprobación del derecho al aborto. Entabla una amistad muy especial con una chica algo mayor.
La compositora firma una sobria creación intimista en la que la aflicción y la esperanza van de la mano en lo musical, dialogando y desarrollándose en un contexto argumental tensionado, conflictivo, que también es reflejado sutilmente en la banda sonora. La música aporta calado y profundidad a lo que las protagonistas sienten, especialmente con el piano, instrumento que ayuda a vehicular las emociones transmitidas en su bello y emotivo tema principal.