Adaptación teatral del drama de Federico García Lorca.
La música del compositor se decantó por reforzar la ternura de la terrible madre, su áspero aspecto aunque su talante protector, y una atmósfera general de paz y tristeza. La partitura es impresionista, de un lirismo entre lo nostálgico y lo misterioso. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio La escena silenciosa (03).