Continuación cinematográfica de la serie televisiva, y secuela de Downton Abbey (19), con dos tramas principales: el rodaje de una película en la mansión y en una villa heredada por Violet Crawley en el sur de Francia.
Con un resultado mejor al del anterior filme, esta sigue siendo, sin embargo, una aportación de escaso calado que es muy dependiente de un tema principal no tantas veces reiterado pero que no da más de sí. Hay mayor variedad de temas, todos ellos por supuesto elegantes, pero que son en su mayor parte meramente ambientales y que en su conjunto solo ayudan a dotar de colorido las diferentes escenas donde se insertan, sin crear ninguna dramaturgia o explicación de mínima relevancia. Una banda sonora agradable, dérmica y completamente superficial.