Reseña de Jesé Cabezas

El dúo australiano debuta como autor de bandas sonoras de videojuegos, haciendo gala de un dominio sobresaliente del sintetizador y las mezclas electrónicas en general, introduciendo en momentos puntuales instrumentos como la guitarra eléctrica. Aunque no se puede negar que algunas piezas nos traerán a la mente el sonido metálico de Brad Fiedel o las bases de Giorgio Moroder, entre otros compositores de la época ochentera, lo cierto es que esta partitura compuesta en pleno siglo XXI no podía ser más fresca y explosiva.

Digno de mención particular es el dinámico tema compuesto para el protagonista, que irá variando para acompañar tanto en lo heroico como en lo dramático. Al igual que el inspirado tema de amor. Todo en una sucesión de melodías con aire apocalíptico y mecánico que conducen a un cierre de álbum contundente. Obviamente tratándose de música compuesta para un videojuego hay algunas piezas ambientales, o que simplemente tienen como objetivo realzar la acción. Pero ni durante estos escasos minutos del álbum los compositores abandonan su creatividad, haciendo que la experiencia en general sea completa y satisfactoria. Un excelente ejemplo de cómo dar un buen homenaje al pasado musical y al mismo tiempo sonar a nuevo, aunque suene paradójico.