Remake de Sleuth (72), con la rivalidad entre un escritor y un joven actor, amante de su esposa, para proponerle un trato. Pero lo que esconde es un macabro juego hacia la muerte.
Fallida partitura, incomparable en cualquier modo con la banda sonora de John Addison, que supone la aportación menos brillante del compositor en su colaboración con Kenneth Branagh. Patrick Doyle se muestra repetitivo y poco inspirado en el empleo de instrumentos de cuerda para crear cierto estado de suspense aparentemente irónico, juguetón. Su recurso es demasiado obvio y previsible, y su tema principal -con reminiscencias de tango- es bello pero poco solvente