Nueva versión cinematográfica con la terrorífica figura del hombre que, con Luna llena, se transforma en una sanguinaria bestia.
Lejos de aderezar lo terrorífico, el compositor se decanta por primar lo romántico, con un tono desalentado y negativo, que concuerda con una deliberada dualidad musical entre luces y sombras. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Curse Of The Werewolf And Other Film Music By Benjamin Frankel (06).