Remake de Predator (87), sobre un grupo de mercenarios que deberán evitar ser cazados por unos alienígenas.
Partitura que utiliza de modo referencial el tema principal que Alan Silvestri escribiera para el filme original pero que, a diferencia de aquél, se desarrolla en terrenos más hostiles y menos épicos o aventureros. El compositor aplica una música amenazante, apocalíptica, controladamente caótica, y que se sustenta en lo imprevisible como principal recurso dramático. Ello, y precisamente para hacer más sólida la amenaza, con una música instrumentalmente refinada, un elemento psicológico que otorga y atribuye un factor de gran poder e inteligencia al elemento atacante. Las partes dramáticas son deliberadamente frágiles, lo que comparativamente beneficia el propósito de hacer servir la música como arma arrojadiza contra el espectador.