Tras veinte años de ausencia, Odiseo decide regresar. El rey ha vuelto por fin a casa, pero muchas cosas han cambiado en su reino desde que partió para luchar en la guerra de Troya.
La compositora se impregna de la esencia dramática del relato y del tormento de sus protagonistas con una creación musical muy elaborada y refinada, austera y contenida, que va calando paulatinamente y expandiendo un aura de tragedia aunciada, de fatídico destino y mal augurio, todo ello de modo muy sutil, nada hollywoodiense, en la que hay trazos de rabia, de terror, de perversión, oscuridad y especialmente de desolación.