Musical teatral, basado en el filme Young Frankenstein (74), a su vez versión en clave de comedia del relato de la creación del monstruo de Frankenstein por parte del nieto del doctor y unos peculiares ayudantes.
Grandilocuente musical en el que no hay rastro ni huella de la maravillosa música que escribiera John Morris para la película de 1974. Una decisión de Mel Brooks probablemente motivada por su deseo de no estar condicionado por aquella fabulosa melodía que escribió Morris, que fue el eje principal de la banda sonora y que aquí quizás sería en exceso complicado de adaptar al concepto de show teatral. En todo caso, no hubiera estado de más alguna referencia, siquiera como homenaje al clásico y al trabajo del compositor. Pero no la hay. Aún así, esta es una esforzada y por momentos brillante creación, con notable obertura y algunas canciones brillantes.