Hildur Guðnadóttir ha pasado de ser parte indisociable de Arthur Fleck/Joker a ser prescindible para el personaje, decepcionantemente. Sin la compositora Joaquin Phoenix no hubiera podido ganar el Oscar por su Joker (19) pues su interpretación se completaba (no solo complementaba) con la música. En Joker: Folie à Deux (24), que hoy se estrena, Joaquin Phoenix simplemente no la ha necesitado para ser Arthur Fleck/Joker y su papel en el filme (el de Hildur Guðnadóttir) ha sido relegado a secundario cuando no irrelevante. Se esperaba un paso adelante, más hondura y más desarrollo, pero la aportación de la compositora tiene bien poco de interesante.
Cuando hace un par de años Ignacio Marqués y yo, con la asistencia en el guion de Iris Roger, trabajamos largas semanas poniendo orden en forma de vídeo al dificilísimo y enrevesado guion musical del primer filme para hacerlo comprensible (y lo logramos) nos quedamos con muchísimas ganas de saber cómo evolucionaría a partir del elevadísimo punto en que se quedó la dramaturgia y narración musical de Guðnadóttir. A fin de cuentas de eso se trata y a fin de cuentas eso es lo que normalmente sucede cuando hay continuaciones. Ignacio aún no ha visto la película, pero sé que se sentirá tan decepcionado como yo, pues la música en lugar de crecer ha decrecido.
En el punto en el que se ha avanzado al personaje de Joker, este ya no necesita a la compositora, lo que quizás no sea malo, si es que su música solo era la que creó al monstruo a partir del dolor, la furia y la consecuente locura. Sería interesante saber con qué camino musical seguiría el personaje en una tercera entrega. Pero como en principio no va a haber más secuelas entonces el destino final de Guðnadóttir con el personaje ha sido la práctica indiferencia de este por quien había sido su alter ego. Una pena.