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Crónica de Mario Pons Sansegundo
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En la segunda jornada de MOSMA, la mañana tuvo dos encuentros muy diferentes e interesantes: el primero con Dan Goldwasser y el segundo con Michael Todd, Janna Davidoff y Ray Costa. Goldwasser, reputado fotógrafo de las Recording Sessions de muchas bandas sonoras aunque especialmente de La-La Land Records, mostró muchísimas fotos interesantes y enseñó algunas sorpresas en vídeo que deleitaron al público. Entre otras:
La segunda hora, protagonizada por los publicistas Ray Costa y Janna Davidoff y el miembro de ASCAP Michael Todd, fue muy diferente al anterior coloquio. Todd hizo preguntas a los publicistas y estos explicaron en qué consistía su trabajo con los compositores. Advirtieron del peligro que hay en escribir cierta publicidad sobre un compositor en las redes sociales como Facebook, por el simple hecho de que otro compositor de su misma agencia publicitaria pueda quejarse y pensar que dan mucha más importancia a otro compositor. También explicaron algunas estrategias de publicidad interesantes: Costa describió el proceso que se llevó a cabo el año pasado con la promoción de la serie Genius (17), compuesta por Lorne Balfe y Hans Zimmer, donde jovenes compositores podían crear su propio tema para la serie, algo que se vio en Facebook durante bastante tiempo. Janna Davidoff, por otro lado, buscó una similitud entre el personaje más importante de la serie 24 (01), Kiefer Sutherland) y su compositor Sean Callery y era que ambos habían salido en todos los episodios de la serie y eran las únicas dos personas que compartían el mismo logro.
Por la noche tuvo lugar el segundo concierto, uno de los más importantes, el concierto del Réquiem Prusiano de John Powell. En la primera parte sonó una magnífica versión de la tercera sinfonía de Ralph Vaughan Williams, Pastoral, una maravilla y una de las mejores piezas de todos los conciertos de esta tercera edición del festival. Dirigida por el excelente Pablo Urbina. Tras el descanso y con John Powell como parte del público, arrancó una pieza operística inédita para todos los aficionados del compositor británico, el Réquiem Prusiano, de unos 45 minutos de duración, dividido en diez partes. Arturo Díez Boscovich, se aventuró a dirigirla y lo hizo de manera apabullante, con admirable esfuerzo, elegancia y sobre todo muy sentidamente. El Coro Ziryab hizo un trabajo fundamental y exquisito, así como la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga y un maravilloso Luis Pacetti y David Lagares, tenor y barítono respectivamente. La pieza es muy complicada, transcrita y orquestada por el joven asistente de Powell, Batu Sener y con el libreto de Michael Petry, quien lleva colaborando con Powell desde casi 30 años. La ovación fue sobrecogedora y el éxito rotundo de la función fue uno de los momentos más emotivos del festival, con un Powell sorprendido ante tal multitudinaria celebración y que incluso, los que lo teníamos más cerca, pudimos verlo casi emocionarse y con unos ojos enrojecidos a punto de soltar alguna lágrima. Impresionante concierto, fruto de un considerable trabajo y con cada uno de los participantes enorgullecidos sobremanera.
(continuará)
