En 1964 un sacerdote del Bronx intenta desafíar las estrictas reglas de la directora de un colegio, una hermana que cree en el poder del miedo y la disciplina. Cuando sobre el sacerdote cae la sospecha de mantener una relación con un estudiante negro, la directora se siente obligada a emprender una cruzada para averiguar la verdad y para expulsarle del colegio, a pesar de carecer de una sola prueba que confirme la sospecha.
Partitura dramática, de la que parte de ella finalmente no fue empleada en el filme. El compositor aplica una música sobria, distante, no implicada emocionalmente en los acontecimientos narrados, y que sirven para establecer un entorno frío, aséptico. Lo hace con una breve formación orquestal (17 músicos), con el empleo de instrumentos étnicos para obtener de ellos sonoridades útiles al propósito de marcar distancias emocionales con la película.