Un joven acusado de falsificación es traicionado por una chica, celosa del desprecio recibido por él.
La ambientación suiza del filme dio pie al compositor a la escritura de una música pastoral, muy bella, que contrastó con vigorosos temas dramáticos, destacando el empleo de un saxo. Se acompaña junto a fragmentos de Crime et châtiment (35), Le déserteur (39), Le grand barrage (61), L'idée (32).