Cortometraje de animación basado en la obra del pintor y escultor expresionista Frans Masereel.
El compositor escribió una partitura en la que predominó el empleo de las ondas Martenot, con una melodía que toma diversas formas, que van de lo más jovial al jazz. Su final es muy impactante, y en el mismo toma parte de la música de los Planetas (Marte) de Holst, antes de una conclusión muy bella y apaciguada. Se acompaña junto a fragmentos de Crime et châtiment (35), Farinet ou l'or dans la montagne (38), Le déserteur (39), Le grand barrage (61).