Tercera entrega de la saga cinematográfica iniciada en Star Trek. The Motion Picture (79). Spock ha desaparecido y se le da por muerto. La tripulación del Enterprise cumple la petición del padre del presunto fallecido y sale en busca de su cadáver.
El compositor siguió la línea estilística y melódica desarrollada en las dos anteriores entregas, aunque obviamente de manera más cercana al segundo título (también obra suya) que no al primero (de Jerry Goldsmith). Las referencias, en todo caso, fueron las mismas: música mística, sonoridades ocasionalmente agrestes y en otros momentos temas sinfónicos abiertas y solemnes. Expandió el universo musical de la anterior entregacon nuevos temas, siendo singularmente destacable el del villano Kruge, que se extiende a los Klingon, marcial, agresivo y primario. Volvió a emplear el tema de Kirk, aunque de modo menos prominente. El tema del Enterprise, por su parte, es el más destacado e inteactúa con el anterior. El de Spock juega a la ambivalencia del propio personaje: sereno y contemplativo en algunas partes, y espiritual y místico en otras.