En la estructura de temas que conforman la arquitectura de las bandas sonoras están los temas centrales (y de entre ellos el principal y en su caso el contratema) los secundarios, el tema inicial y el final. Con todos ellos se puede crear un guion musical. Pero junto a ellos hay una figura muy interesante y de valor altamente narrativo. Es el subtema.
Un subtema es la sumisión de un tema a otro, de su inserción en el seno de otro, que asume una posición en principio dominante. Si por ejemplo en un tema principal (A) se incorpora un fragmento de uno central (B) este queda supeditado al principal (Ab) y se convierte en su subtema. Hay tres razones que justifican este uso:
En cualquiera de estos supuestos, el uso de un tema como subtema ha de ser comprensible, y por ello debe derivar de un tema central –o de un motivo principal– para que el espectador sepa lo que se está referenciando, subyugando o ampliando, en tanto el tema dominante puede ser uno central pero también uno secundario, en este caso limitándose a alojarlo provisionalmente. Un tema secundario, desprovisto de cualquier carga de significación, no puede convertirse en subtema.
Cuando dos temas se unen en igualdad de condiciones (A se une a B y forman AB) no hay subtema: simplemente, la unión de dos temas. Por el contrario, el que A absorba a B y el resultado sea desigual (Ab), implica que del subtema (b) se está obteniendo una utilidad narrativa o dramática específica. En el ámbito de la referencia, la intención obvia es la de incorporar su significado en pantalla: el chico está pensando en su amada ausente, lo que se especifica si en el tema del añorante chico (A) suena como subtema el tema de su amada (b). Aquí no hay posición de poder de un tema sobre el otro, sólo referencia o cita. En las cuestiones de dominio o poder, se está indicando en ese momento que no hay igualdad entre lo que significan los dos temas, por la razón que sea: la destrucción del tema central convertido ahora en subtema, por ejemplo. En este caso, el subtema (b) queda completamente supeditado al dominante: es exactamente lo que sucede con el tema jazzístico de Jekyll en Taxi Driver (76) que comenté en este capítulo de Lecciones de Música de Cine, cuando se escucha como subtema del contratema de Hyde en el primer final del filme: los dos temas, que habían cohabitado en igualdad, aquí evidencian que uno ha ganado al otro, y lo ha fagocitado. No es una referencia, es un dominio total.
Puede suceder al contrario, que sea el subtema el que pretenda ocupar y dominar los espacios del tema que lo aloja, en una suerte de elemento cancerígeno y dañino que pone en peligro aquello que representa la música en la que se inserta: en District 9 (09), con música de Clinton Shorter, el tema central de Wickus, el sufrido protagonista, incorpora en distintos momentos como subtema el tema del general Fobus, personaje que lo intenta someter y dominar, creándose así una batalla entre ambos en el terreno musical.
Hay más subtemas evidentes en filmes como El orfanato (07), Up (09), La vita é bella (98), entre otros que pueden ser comprobados en los vídeos ya hechos de Lecciones...