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EL TEMA CENTRAL

29/08/2019 | Por: Conrado Xalabarder
TEORÍA

El tema central forma parte de la categoría de temas que conforma una banda sonora estructurada en base a temas musicales: puede compartir espacio en la pelicula con el tema inicial, tema final, tema principal, tema(s) secundario(s) y también con motivos o fragmentos musicales. Teniendo en cuenta que el tema principal es en sí un tema central (el más importante de ellos) hay que destacar que el tema central es pieza clave y prácticamente imprescindible para crear un guion musical. Tiene un significado que debe ser entendido por el espectador, aunque pueda llegar a cambiar, asume responsabilidades narrativas y existe para representar algo importante en forma de música: un personaje (o más de uno) un concepto o cualquier elemento que deba ser definido. Si no se entiende lo que representa o significa, su función será inútil.

Si se aplica un tema central sobre un personaje ayuda a explicarlo y lo mismo sucede si ese tema se refiere a una emoción (amor, odio, etc.) o un concepto (libertad, valor, honor) Su presencia posibilita aportar al guion literario –desde el guion musical– una referencia que sirva para citar, complementar, ampliar, profundizar, alterar o incluso contradecir aquello que se explicite o se sugiera en el guion literario sobre lo que es expuesto desde el tema central. Si quiere referenciarse un personaje, una emoción o un concepto con música, no hay mejor manera de hacerlo que asignándole un tema central. Si esta vinculación se logra establecer, entonces no será necesario que todo esté explicado en el guion literario: bastará con emplear ese tema para explicar cosas que, además de ser aclaratorias, aligeren la carga narrativa del guion literario. Por ello, es importante que un tema central esté suficientemente bien elaborado para que esa comunicación con el espectador sea eficiente, no únicamente en lo emocional sino especialmente en lo narrativo. Y en este punto es donde debe mencionarse su código genético o ADN, su esencia.

¿Cómo se define en música un sentimiento? Una música romántica para dos enamorados podría no ser suficiente, si en esa relación sentimental hay algo más profundo o matizable que el mero amor. ¿Qué romanticismo le aplicamos? ¿Uno optimista? ¿uno melancólico?, ¿un romanticismo dramático o, incluso fatalista? Es absolutamente necesario que el código genético de un tema central esté lo suficientemente definido en su nivel dramático para aclarar en lugar de confundir y para focalizar hacia la dirección donde se quiera que el espectador vea al personaje o comprenda la emoción o el concepto. Extraer de un personaje, una emoción o un concepto los elementos más destacados y llevarlos al tema central hace que éste sea más y mejor comprendido.

La importancia de un tema central obliga a que su número deba ser necesariamente limitado, porque de lo contrario se corre el riesgo de provocar confusión. Una película que tuviera diez temas centrales estaría manejando diez figuras distintas y, teniendo presente sus diferentes variaciones, haría virtualmente imposible su entendimiento. Eso implica que se ha de elegir qué va a ser resaltado con temas centrales y qué ha de ser obviado o relegado a secundarios. Imaginemos que en una versión del Evangelio de San Mateo, por ejemplo, se aplicaran trece temas centrales: uno para cada Apóstol y otro para Jesucristo. El resultado sería tan confuso que la música acabaría siendo un lastre para la comprensión de la película. Ni siquiera aunque durase quince horas y estuviese perfectamente explicada la música podría llegar a tanto. Se exigiría demasiada atención y eso no es operativo. Por el contrario, la lógica aconsejarían escribir dos, quizás tres temas centrales: uno para Jesucristo y otros para Judas Iscariote, Pedro y Santiago... y nada para el resto.

Como es obvio, no todos los temas centrales que se aplican en un guion musical son iguales en importancia. Algunos son más relevantes y otros lo son menos; unos son muy poderosos y otros pueden no serlo tanto. El más importante de todos ellos es el tema principal.

Esquemáticamente, estas son las características de un tema central:

  1. Representa algo que el espectador debe comprender
  2. Sirve para dar explicaciones sobre lo que representa
  3. Puede ser de personaje, para personaje, individual, compartido, colectivo, de emoción, de concepto, objeto, formas, etc.
  4. Su significado puede transformarse durante la película
  5. Su número debe ser limitado para no generar caos.

En las Lecciones de Música de Cine pueden encontrarse buenos ejemplos de temas centrales (su definición y uso) en:

Pero en prácticamente todas las lecciones se habla del uso del tema central.

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