Nos ha escrito Luisa Martin con el siguiente comentario para traerlo al Ágora:
Me pregunto qué criterio es más importante a la hora de valorar una banda sonora, si el musical o el cinematográfico, porque los compositores hacen películas, pero ante todo escriben música. Además, es en un CD donde se puede apreciar la dimensión de su obra, ya que en las películas queda más oculta. Para mi, ambos son iguales en importancia.
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En primer lugar, y ante todo, gracias por tu propuesta. MundoBSO es y debe ser un lugar de encuentro para compartir incluso los desencuentros. Y especialmente el Ágora, donde aportar ideas, reflexiones y opiniones.
Dicho esto, seré tajante: lo que más importa es lo que haga el compositor dentro de la película. Todo lo que no sea eso es de menor importancia. En el momento en que un compositor participa en una película, lo que haga en ella es lo que más importa, y partir de ahí podemos valorar otras muchas cosas e ir bajando escalones hasta, si me apuras, sopesar cómo queda su música acompañando las subidas y bajadas de ascensores.
La música en el cine debe responder a tres preguntas: el qué, el cómo y el por qué. La primera (el qué) habla de la música en sí (¿qué música ponemos?) en tanto la segunda de estructura (¿cómo la organizamos?) y la tercera de razones (¿para qué la ponemos?). Cuando respondemos a la primera hablamos de música, pero en las dos siguientes de cine y de narrativa. Y es más importante entender el por qué y el cómo pues nos dan las claves de la aportación del compositor en la película, y de lo que la película gana con esa aportación.
El qué también nos las da, y a veces de modo más determinante. Pero sucede que si sacamos la música de su película podríamos seguir viendo el qué, pero ya no ni el cómo ni el por qué, pues queda fuera de su contexto (imágenes, personaje, concepto, lo que sea) y deja de ser cine para volver a ser música.
En un CD o en un concierto solo escuchamos música, no vemos cine, que se ve solo en la película. La prueba definitiva: escuchad un CD de una banda sonora cuya película no hayáis visto y procurad que lo que reflexionéis sea lo menos emocional posible. Notaréis inmediatamente que os "faltan datos, información". Luego id a la película y esos datos y la información os la dará sin grandes problemas la música que antes callaba.
Yo no afirmo que la valoración musical/musicológica de una banda sonora no sea importante, en absoluto. De hecho, también son importantes la valoración en el contexto histórico, de género, en la filmografía del compositor o del director, etc. Pero nada de eso está a la altura y nivel de importancia de lo que sucede DENTRO de la película.
Quiero insistir mucho en esto porque la afirmación de que ambas valoraciones son iguales en importancia encierra un peligro, y es el de considerar que no es necesario ver una película para valorar una banda sonora. Y eso, a mi juicio, es herejía, de las que antaño se depuraban en las llamas. No me refiero a que no se pueda escribir a partir de un CD (yo lo hago, diariamente, con bandas sonoras cuyas películas no he podido ver), sino que se considere que comentando tal o cual track/corte del CD es bastante. Y no son pocos los que están convencidos de que es bastante.
Pero incluso pasando a la sala de cine, para no poca gente el compositor es un gondolero o un empapelador (términos que ya explicaré con detalle en otro momento), en la idea de que cuando van a ver una película simplemente se quedan en la superficie (el papel de la pared) o en contemplar cómo la música acompaña con su canto a la película (el gondolero), de tal modo que luego el discurso y valoración que sacan no va más allá del "encaja muy bien con las imágenes", "le va muy bien a la película", "es muy bonita", y un largo etcétera... ¡para deducir esto no hacía falta que hubieran salido de casa!
Voy a ser más radical: creo que la edición discográfica de bandas sonoras y los conciertos de bandas sonoras han hecho mucho daño a la música de cine. Sobre ello escribiré más extensamente en otra ocasión y evidentemente es una afirmación a la que daré muchos, muchísimos, matices, pero sustancialmente me refiero a que desnaturalizan el ADN cinematográfico que tiene la música de cine y, haciendo que esta vuelva a ser solo música, se pierde la esencia de su existencia. Que está EN la película, no fuera de ella! Y nos complica MUCHO la labor a los telepredicadores que intentamos dar a conocer lo que es en verdad la música de cine. Un compositor de cine debería escribir sus bandas sonoras con la mirada puesta en la película, y es esa mirada la que debemos estudiar y valorar. No ha mirado a un CD. Y si un ojo miraba a la película y el otro al CD, seguramente algo saldrá mal en la película, seguramente algo le habrá distraido de su objetivo.
Tanto es así que... ¿y si no extieran CD o conciertos? ¿Cambiaría un solo ápice la valoración que podríamos hacer de una banda sonora en su película? ¿Cambiaría en algo, acaso?
Seguiremos explorando este tema.