Decimosexta entrega de esta serie personal en la que explicamos sin orden de preferencia cuáles son, a juicio de Conrado Xalabarder, las mejores bandas sonoras de la Historia.
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16.- WHO'S AFRAID OF VIRGINIA WOOLF? (Mike Nichols, 1966). Música: Alex North.
A medida que pasan los años van renovándose las generaciones de cinéfilos y nuevas películas y compositores se instalan (para quedarse o no) en el medio cinematográfico y en el conocimiento de las gentes. En este proceso muchas -muchísimas- de las creaciones antiguas van desapareciendo de ese conocimiento y entran en una zona de invisibilidad a la que hay que poner todos los focos posibles para que puedan ser vistas y admiradas, y de las que se saquen buenas lecciones.
Yo creo que Alex North es un compositor en riesgo de ser relegado a las penumbras del olvido. En términos generales pero sin generalizar su música no es fácil, ni comercial ni accesible para el gran público, aunque fuera el autor de una de las melodías más universalmente conocidas, Unchained Melody (publicamos un artículo con vídeo explicando su peculiar origen). Sin embargo era absolutamente único e inimitable, y sus aportaciones a la dramaturgia y la narrativa en el cine merecen toda la reivindicación que pueda hacerse.
Le he escogido para este mes porque en esta 16ª entrega de la serie ya tocaba incluirle. De entre sus obras podía haber escogido la más obvia Spartacus (60) -hice un vídeo, La sencillez de lo complejo, explicando su grandeza-, pero he escogido Who's Afraid of Virgina Woolf? (66) en primer lugar porque es mi favorita personal en su filmografía musical, pero ante todo y sobre todo porque es una lección magistral de lo mucho que puede aportar la música en el a veces mal llamado teatro filmado, esto es, películas basadas en piezas teatrales que mantienen en su esencia los espacios físicos de las obras originales. Por citar un ejemplo claro que lo que no es el a veces mal llamado teatro filmado están los Henry V tanto de Laurence Olivier (46) y Kenneth Branagh (89).
Efectivamente sí hay cine bien llamado teatro filmado, y per se no tiene nada de malo. Pero no es el caso de Who's Afraid of Virgina Woolf?, puesto que la música no solo participa en la escenificación y lo dramático -que lo hace- sino especialmente en la elevación de algo que solo el cine puede conseguir: la unión de los actores, el movimiento de la cámara, la música y una imagen que, fusionadas en una, dan una dimensión de una belleza y poética sobrecogedora, que comienza desde el mismo inicio del filme y concluye en el plano final donde los cuatro elementos se convierten en uno. Mi máxima, siempre, es que las cosas hay que explicarlas, mostrarlas y demostrarlas. Aquí las he explicado, en el vídeo lo muestro y la película lo demuestra. Una maravilla que obligatoriamente debe ser rescatada de las sombras del olvido.
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