Continuamos repasando y comentando el curso Danny Elfman Teaches Music for Film, impartido desde la web MasterClass por el compositor norteamericano.
17.- On Failure (Ante el fracaso) Duración: 12:33
Danny Elfman dedica este capítulo a dar consejos sobre cómo afrontar el fracaso, algo de lo que casi nadie se libra en algún o algunos momentos en su carrera. En el caso concreto del rechazo de partituras, que puede generar amargura o incluso ira, sugiere practicar deportes de contactos (él suyo es boxeo) pues permite sacar malas energías. Pero afirma que hay situaciones en que es muy difícil asumir el rechazo, como cuando tienes una gran partitura completa o a punto de completarla, y entonces eres despedido. Algo que, afirma, destruye los egos y hace que no pocos acaben por ser autodestructivos, en una espiral hacia abajo de la que es difícil remontar. Aconseja saber vivir con ello y no permitir que el dolor te consuma, poniéndolo todo en perspectiva. Pone por ejemplo lo que le sucedió en Ed Wood (94):
Tim Burton y yo estábamos trabajando muy estrechamente en muchos proyectos. Tras Batman (89) comenzamos con The Nightmare Before Christmas (93), que ocupó dos años en los que se solapó Batman Returns (92) y entonces llegó Ed Wood. Por nuestras formas de ser quizás nos estábamos presionando demasiado, yo estaba acumulando bastante frustración y The Nightmare Before Christmas había empezado siendo divertida pero acabó suponiendo un enorme esfuerzo. Era un proyecto muy difícil en el que invertimos dos o dos años y medio. (En Ed Wood) sucedió algo, no importa el qué, que me hizo sentir menospreciado, totalmente menospreciado. Estaba furioso. Me preguntaba cómo se me podia tratar así después de todo ese tiempo. Y dejé la película. Durante dos años lo estuve lamentando, preguntádome por qué lo hice, sintiéndome fatal por haberme derrumbado y no haberme podido controlar.
Sigue explicando que cuando años después Tim Burton comenzó a preparar Mars Attacks (98) tenía a otro compositor, pero alguien le sugirió que volviera a contar con Elfman, se reunieron en una cafetería, se dieron la mano, no hablaron más del tema y se pusieron a trabajar: Nos gusta bromear con lo de Hitchock y Herrmann, quienes tras su pelea nunca más volvieron a verse ni a tener contacto alguno. Nos podía haber pasado, pero cuando recibí la llamada yo estaba herido porque creí haber perdido a un hermano, era de mi familia, y eso duele mucho. Pero al reunirnos me preguntó ¿podemos empezar de nuevo? Y ya han pasado quince años. Elfman culpa a su ego, gracias al cual ha logrado lo mejor de sí mismo, pero también le ha causado lo peor. El problema, afirma, es haberlo tenido todo demasiado cerca, y haber perdido por ello la perspectiva que da saber distanciarse de las cosas. Su vehemencia e impulsividad, que tanto le han ayudado en su carrera, aquí le jugó una mala pasada.
Elfman afirma sentir que arrastra sus errores como las latas que se atan en los coches de los recién casados, y que tanto ruido hacen. Entre ellos, los buenos proyectos que dejó escapar y malos que aceptó hacer: cada compositor con una carrera larga hace cosas que desearía que fueran borradas en su ficha en IMDB para que la gente no viera lo que ha hecho. Los errores me siguen y me persiguen.