Hemos insertado en el clásico de F.W. Murnau Nosferatu, eine Symphonie des Grauens (1922) la música que escribió Christopher Young en celebración del centenario. El compositor escribió esta partitura para un concierto que tuvo lugar en febrero de 2023 con la Tonhalle-Orchester en Zurich (Suiza). Se trata de una banda sonora de gran intensidad, sombría y altamente dramática, que fluye entre oscuridades y luces en función de quien esté en escena. Se desarrolla y fluye sólidamente hasta el final aportando una amplia gama de colores y emociones, siendo turbia y siniesta a la vez que radiante y exquisita. El tema principal, de Nosferatu, es espléndido.

Unas consideraciones imporantes sobre lo que hemos hecho:

1. La música editada por Young, aunque está presentada con tracks con títulos individuales en muchos casos no son cortes individuales, sino incluso bruscos entre uno y otro. Es una obra, por tanto, en continuidad. Su duración es prácticamente la misma que la película: solo unos segundos más breve la música que el filme.
2. Estos tracks llevan por títulos las escenas o situaciones a los que corresponde la música en la película y son correlativos al argumento del filme, por lo que obviamente hemos entendido que siguen ese orden.
3. No parece que Young escribiera esta partitura para ajustarla exactamente (tipo mickey-mousing) al ritmo del montaje o las imágenes. Aunque hay algunos puntos de clara conexión -especialmente en los finales de los actos y principio de los siguienes-, en otros la música es mucho más de creación de ambiente y dramaturgia que de explicación y puntuación de lo que se ve en escena. Hay escenas donde la música no parece responder a lo que se está viendo, o incluso aportar algo que no está en escena: el tema de Nosferatu sonando en la escena de la posada (00:13:50). O los flautines (00:59:31) que aparentemente representan el rápido movimiento de las ratas pero que -y lo hemos probado- no es coincidente en sus apariciones con los animales.
4. Aún así, y dado que hay distintas copias de la película con duraciones sensiblemente diferentes (de segundos, sustancialmente) es posible que nuestro trabajo de inserción no sea el exacto creado por Young, pero en cualquier caso las diferencias deben ser mínimas, ínfimas: hemos, eso sí, tenido que cortar un plano de dos segundos para el ajuste.
5. Salvo esto último no hemos querido manipular nada, ni del filme ni de la música: hemos soltado la música dentro de la película y la hemos dejado volar en ella.

Que lo disfrutéis!