Puede parecer una boutade o un sinsentido, pero quiero comenzar este artículo diciendo que lo que expliquen el director o el compositor sobre sus intenciones con la música no es lo más relevante.
Si asumiéramos como válida la máxima contraria, la de que lo más relevante es lo que expliquen -y a priori parece lo lógico-, entonces convendríamos que no es necesario hacer ningún estudio o análisis sobre la película: bastaría con preguntarles y ejercer de escribano o secretario para trasladar al lector u oyente aquello que hayan contado. Sin embargo yo creo que a quien hay que escuchar y de quien hay que tomar nota es de la película. Es ella y solo ella quien mejor se explica y quien da la razón o la quita a directores y compositores. De nada sirve lo que digan estos si lo que dicen no está evidenciado en el filme. Muchas intenciones e ideas acaban confusas, diluidas o incluso inexistentes en el resultado final, la película. Y si esta niega, aquello que puedan afirmar sus creadores no tiene valor práctico. Yo me he encontrado en no pocas ocasiones en la situación de negar al compositor (y al director) cuando habla sobre su película: pero no he sido yo en realidad quien les ha negado, sino la propia película.
En el libro Ennio Morricone. En busca de aquel sonido: Mi música, mi vida (Malpaso), el compositor hace unas afirmaciones que se demuestran erróneas. De C'era una volta il west (68) afirma Morricone que El tema de Armónica y el de Frank debían alimentarse mutuamente (...) Los destinos de ambos están unidos y la identidad de Armónica nace de la herida que le había causado Frank (p. 108) Bien, esto no es cierto: no hay tema de Armónica, el personaje no tiene música. Ese tema es solo de Frank, que se lo coloca en su boca (con la armónica) cuando es adolescente, y a partir de ahí el personaje no hará otra cosa que buscar a Frank... para devolverle su música y que muera con ella. Esto queda demostrado en los dos capítulos que le dediqué al filme en Lecciones de Música de Cine (Parte I y Parte II)
En otra parte del libro, Alessandro De Rosa (el autor) habla de The Mission (86) y de lo que él llama el tema de las cascadas (escuchar) (p. 387) Morricone ratifica esa calificación diciendo que el tema de las cascadas se basa en la alternancia de tres notas muy importantes para mi, más una (p. 388) Bastante más adelante, en uno de los apéndices del libro, el musicólogo Sergio Miceli comenta que el tema de las cascadas que vuelve en los créditos finales está sacado del tema étnico (p. 461). Bien, nada de esto es cierto, no hay tema de las cascadas alguno, es una invención de De Rosa, Morricone y Miceli. Una vez más no lo niego solo yo sino la propia película. En este capítulo de Lecciones... se muestra que es un tema que tiene una significación absolutamente superior a lo que es un bello pero simple salto de agua. Así De Rosa, Miceli y el propio Morricone lo desconsideran, lo rebajan y hasta lo anulan: si fuera el tema de las cascadas en virtud de que la primera vez que suena, efectivamente, es cuando el padre Gabriel las contempla y las escala, ¿qué relación tienen entonces las cascadas en las sucesivas apariciones del tema? ¡Absolutamente ninguna!
Son dos ejemplos pero hay incontables más de afirmaciones desmentidas por la película. Si asumiéramos como válida la máxima de que lo más relevante es lo que expliquen director y compositor entonces Frank y Armónica tendrían cada uno sus temas y las cascadas el suyo... eso sería sacrosanto, no discutido... pero profundamente erróneo. Por eso con quien hay que hablar y a quien hay que escuchar, al menos en primer lugar, es con la película. Lo que digan director o compositor puede ser interesante o muy interesante, y desde luego puede ser aclaratorio y naturalmente determinante... pero puede que ni sea interesante, que sea confuso y nada determinante.
Esta misma semana he comentado la (estupenda) banda sonora de Roque Baños para The Girl in the Spider's Web (18), donde explico que lo que es llamado -en la edición física- tema de Lisbeth, no lo es en absoluto. No soy yo quien niega a Baños, sino la película. Y esto es algo que sucede generalmente no porque el compositor o el director no sepan lo que han hecho (que puede pasar) sino porque no saben explicarlo, algo que es más habitual. Y es por eso que hay que acudir primero a la película y poner en cuarentena lo que digan quienes la han hecho.
Este es a mi parecer el modo de hacer análisis de bandas sonoras para luego poder explicarlas: escuchar y atender a lo que te cuente la película, siempre y ante todo en primer lugar, e igual resulta que escuchar y atender lo que te diga el compositor o el director acaba resultando innecesario. Lo que con seguridad es arriesgado es escucharles solo a ellos pero no a lo que tenga que decirte película.