El hijo de un escultor muerto en extrañas circunstancias regresa a su ciudad y sigue el oficio de su padre. Pero sufre unas alucinaciones entre las que se incluyen la aparición fantasmal de su progenitor, quien le incita al crimen.
Banda sonora ambiental, de densas y oscuras melodías que calan paulatinamente en un estado de latente tensión y horror, de modo sugerente pero también obsesivo, con un tono que por momentos alcanzan lo religioso y místico.
El compositor deambula a lo largo del filme entre lo sutil y lo explícito, incrementando su fuerza en fragmentos determinados. Trabaja con orquesta y sintetizador y su adscripción dramática es psicológica.