Usuario: Mario Pons
Fecha de publicación: 01.04.2018
!Qué infravalorado que está este compositor! Me entristece que alguien con su talento tenga que hacer obras tan minoritarias o de películas que no se estrenan en nuestros países. Tampoco veo un gran amor hacia este compositor entre los aficionados a la música de cine pero a mi, Rolfe Kent me encanta.
De mi cariño hacia el compositor y sus obras ya hablaré más adelante: hace un par de años hice un pequeño análisis de "17 Again" o "108 Rois-Démons", cuyas bandas sonoras rozaban el notable aunque ésta última esté también muy infravalorada.
Comenzando por la primera pieza, con un toque árabe muy particular y sus melodías a cuerda, siempre entrañables y muy reconocibles, Kent nos ofrece un tema más misterioso y de tensión, que aunque nada pega con el tipo de género al que nos adentramos: comedia, musicalmente, es una pieza genial que como preludio a lo que nos va a ofrecer, funciona.
La banda sonora tiene algunos temas mucho más pobres, otros muy simples, unos con bastante comedia, etc... pero todos ellos con una instrumentación y un uso de la orquesta muy variado e inteligente, además de ágil y efectivo. Todas las piezas de Rolfe acostumbran a ser de muy fácil digestión y los temas menores de esta pequeña joya de partitura lo demuestran en muchas ocasiones.
La mayoría de las piezas tienen varios elementos musicales árabes y estos llevan directamente a formar una melodía principal que acabará siendo uno de los temas secundarios más importantes de la partitura: el tema de la promesa. "Laundry" es el track elegido para presentarnos, al comienzo de la banda sonora, este tema y será utilizado siempre que se mantenga la promesa o se hable de la misma. Y como casi toda promesa, esta se romperá y lo mismo hará el tema... (lo veremos más adelante, hablando del mejor tema de la partitura)
Las cuerdas son el elemento protagonista como en casi todas las obras de Kent y todas las bandas sonoras de comedia y de este tipo, con alguna sección de viento estridente que acompaña y percusión armónica.
Ejemplos magníficos de piezas simples son "the Bet" (ésta muy original y divertida además de ágil) o "the Black Hole", la primera pieza de la que hablábamos al comienzo del film.
Además hay varios temas relacionados con el sexo o la masturbación y uno muy especial para la Viagra en la que los elementos sexuales son musicalizados con instrumentos graves y melodías de tensión y con mucho peligro puesto que son la gran amenaza y el enemigo del protagonista: algo muy divertido que Kent nos muestra con la música y que en el guión del film, también aparece de manera detallada y con mucha comedia insertada. Probad a escuchar: "Viagra" o la estimulante y maravillosa "Nine Large" con unos toques de trompeta increíbles y finalizando con un segmento de percusión apabullante.
Así pues, tenemos el tema secundario para la promesa del protagonista, música de comedia siempre relacionada con esta promesa y también música de tensión y de peligro para los elementos sexuales, que estarán en contra del mejor tema del film, el que considero tema principal de la película: el tema del amor. Un inteligente uso, por parte de Rolfe, de musicalizar las acciones relacionadas con el sexo como si de un enemigo se tratara mientras que el tema principal es el romántico, con lo que tenemos una batalla musical constante entre el sexo y el amor.
La primera vez que escuchamos el tema principal del film es en "Post-Date", el segundo mejor track de la partitura: tras un comienzo muy agradable para el oído, con un conjunto de cuerdas acompañado de varias referencias e instrumentos étnicos, el tema principal se presenta, con un tono romántico, muy dulce y grandilocuente. Después de ello, más referencias étnicas para acabar el track con una variación mucho más nostálgica del tema principal y más dramática. Una pura delicia.
Afortunadamente, este magnífico tema tiene muy pocas variaciones y aparece entre tres o cinco veces contadas en la película y no es hasta el final del film que el tema brilla con toda su esplendor, en el momento del primer beso, con un ritmo mucho más ágil, una orquesta mucho más liberada y un significado romántico mucho más elevado.
Para finalizar, el temazo: "Love Scene". Es el track más largo de la ligera y corta partitura y es el que menos pesado se hace. Cinco minutos extremadamente maravillosos con el tema de la promesa incorporado hacia la mitad del track, que es lo más impresionante de la banda sonora.
Ténue percusión que nos va adentrando en un terreno ambiental, tranquilo, relajante y muy calmado, mientras Kent nos introduce ligeramente el tema de la promesa, de nuevo con referencias étnicas y una instrumentación, en ocasiones, reminiscente a la música árabe. Junto a la sutil percusión y al tema de la promesa, una sección de cuerdas que acompaña a todos estos instrumentos para ir destrozando poco a poco el tema comentado: unos coros ayudarán a hacerlo todo más celestial ya que el protagonista no cumplirá la promesa a causa de una trampa que le prepara su ex-novia, mientras él duerme y sueña con la liberación total de su captividad sexual. Un tema, que por desgracia, no aparece en la película pero sí que aparecen los elementos principales explicados: cuerdas, percusión, coros... pero con una música mucho menos interesante y diferente. De todas maneras, las intenciones narrativas, musicalmente hablando, continúan en ambos casos y el uso de la música en la escena y el cómo Kent va destrozando su propio tema de la promesa poco a poco es muy original.
Rolfe Kent muestra aquí un interesante uso de su música, muy elaborada y narrativamente importante, con el tema principal del film: el amor, el tema secundario por excelencia y la destrucción del mismo: la promesa, la batalla musical constante entre el sexo (con instrumentos graves y música de tensión y amenaza) y el amor, una sección de cuerdas típica del compositor y música de comedia, con muchas referencias étnicas y música, en ocasiones, árabe para acompañar la historia.
7/10