Un grupo de adolescentes en 1986 pasa el día yendo de cine en cine.
Esta comedia juvenil llena de nostalgia y añoranza tiene un festín musical del compositor rebosante de nostalgia y añoranza, que es un compendio de lo mejor que dio la música de cine ochentera, de autores como Goldsmith o Dave Grusin, entre muchos otros. Es divertida, amable, dinámica y hermosa, variada en temas que, aunque tengan el ADN de tantas otras músicas, tienen identidad propia.