Usuario: Mario Pons
Fecha de publicación: 15.04.2018
Esta es una de esas dulces joyas que cuestan de encontrar y cuyas expectativas pueden ser bajas respecto a la misma y al final, decepcionan pero no del todo. Cerca de media hora música fantástica que si bien no está constituida por melodías maravillosas constan con uno de esos temas principales que valen por toda la partitura.
De este tema principal se nos hará alguna referencia y sonaran un par de atisbos brillantes durante los títulos iniciales y sobretodo, en la escena final del film pero no llegará a realzarse con toda potencia hasta el final de la película.
El resto de la partitura es efectiva pero tampoco, y se nota, consta de una gran post-producción musical y todo suena más bien enlatado en algunas ocasiones, seguramente no a causa del trabajo de orquesta sino del presupuesto del que se dispone. Algunas pistas son bastante misteriosas y otras, rozan lo épico sin poder llegar al éxtasis debido a los instrumentos que se utilizan y el predominante uso de samplers y de algunos sintetizadores.
Es una lástima, ya que las ideas musicales de Cornish parecen ser estupendas y sus melodías podían ser memorables pero solo parece que haya habido presupuesto suficiente para el tema principal y en especial, para la música de los créditos finales.
Es curioso, pues, ya que Cornish es una experta orquestadora (que ha trabajado para muchas películas de John Powell e incluso para Elfman y James Newton Howard en una ocasión) y precisamente lo que falla en esta partitura es el escaso presupuesto del que se ha contado para orquestar toda la partitura de manera decente.
Así pues, dejando de lado el magnífico tema principal, tenemos un apartado musical que acaba siendo pobre y que acaba por servir solo de mero acompañamiento y que resulta simplemente efectivo.
De verdad, una lástima perder una joya así y desaprovechar la genialidad musical a la que apuntaba Jane Antonia Cornish. Sin embargo, la simpática compositora no nos quiere dejar tan insatisfechos y deja lo mejor para el final de todo.
El tema principal de esta banda sonora es magistral, extremadamente bien instrumentado, orquestado de una manera brillante además de ser pegadizo pero delante de todos estos adjetivos está el de emocionante, en mayusculas con su respectiva función, la de emocionar, a la que consigue llegar con creces.
Antes del tema principal con el que nos deleita Cornish, tenemos una pequeña introducción musical que está vinculada al mundo mágico de "It" (no, no hablamos de Pennywise... ni por asomo), muy reminiscente a los trabajos de Williams para Harry Potter o James Newton Howard para muchas de sus partituras fantásticas, con una pieza misteriosa, mágica y una instrumentación, que aquí es soberbia: un uso de las campanas muy experimentado y un protagonismo del arpa muy superior al de muchas obras que se hayan elaborado con este instrumento.
Y a partir del minuto y medio, el tema principal, que se escucha cerca de la mitad de los créditos finales en toda su esplendor y que es un ejercicio musical muy nostálgico para incluso aquellos que no han podido lograr ver la película y que mucho menos la vieron en su infancia, además de conseguir dejar el mejor sabor de boca que una partitura de estos calibres puede regalar para su final. Coros, campanas, un impresionante uso del arpa, una sección de violines majestuosa y una percusión infalible hacen de este tema principal, algo apoteósico y apabullante, digno de tener en las mejores galerias musicales y que reclama su puesto como uno de los grandes temas principales en la fantasía de la decada de los 2000: https://www.youtube.com/watch?v=ne9lqyeExv8&t=26s
6/10