Usuario: Mario Pons
Fecha de publicación: 20.05.2018
Al igual que la película, esta es una banda sonora sin muchas pretensiones. Es una historia simple, que el director Billy Crystal quería contar, en memoria de su padre, y el compositor Marc Shaiman, gran amigo del bueno de Billy, se ofreció a musicalizar con muchas piezas dotadas de aires americanos y nostálgicos.
La partitura se sostenta sobretodo en un tema principal que está vinculado al récord al que optan Mickey Mantle y Roger Maris (los M&M Boys), ambos jugadores de los Yankees. Su rivalidad no será más que una competición sana entre dos amigos, cuya amistad es superior a cualquier récord que se pueda intentar establecer pero los aficionados, muchos de ellos bastante odiosos, intentarán interponerse entre ellos. Mientras que Mantle tendrá el soporte del público Yankee, Roger Maris, que siempre irá por delante de Mickey, tendrá el odio absoluto por parte de su afición y vivirá una temporada de estrés y "Bullying" increíble, incluso con el problema de la caída de cabello.
Durante la película, que es bastante normal y aceptable por su honestidad y humildad, se trata mejor la personalidad de los dos jugadores y sobretodo sabe mostrar a la perfección el estrés que vive Roger Maris, la partitura acompaña mejor al récord en sí y es la música lo que hace que éste record tenga su importancia. Digamos que el guión narrativo no le da la importancia absoluta al récord de los 61 Home Runs en una temporada mientras que el guión musical sí.
La banda sonora se abre precisamente con un solo de trompeta tocando el tema principal en forma de fanfarria: son sólo 20 segundos pero ya se nos ha mostrado la primera versión del tema principal vinculada al récord mientras el título "61*" aparece en pantalla.
Este tema, que es lo mejor de la partitura, tendrá cabida muchas veces durante todo el film y de hecho, ya tras el título de la película, vuelve a aparecer mientras la mujer de Roger Maris, en su etapa ya anciana, mira un libro con el récord de Roger Maris en él y el bate con el que golpeó el 61º Home Run. Esta versión es mucho más nostálgica y cotidiana además de dramática y bastante triste, de manera elegíaca.
Otra aparición temprana da lugar cuando Roger Maris aparece en pantalla por primera vez, a cámara lenta y tras hacer un Home Run, en forma de Flashback (que, de hecho, es el título del track que está ligado a esta escena) Esta versión es mucho más heroica y ya cuenta con una sección de viento que dota de aires muy americanos al personaje y al récord en sí.
Las demás apariciones del tema principal se agradecen mucho porque siempre que aparece este tema en muchas versiones se acostumbra a tener una visión de la música casi impecable en cuanto a prioridad del sonido en el film se refiere: los efectos de sonido y dialogos se apagan o desvanecen para dejar paso al protagonismo absoluto de la música. Algo que se agradece mucho, sin duda.
Además, estas versiones son muchísimo más épicas, aventureras y heroicas que las que hemos comentado siendo cuando Roger Maris o Mickey Mantle batean un Home Run importante como el 59 (a un punto de igualar el anterior récord de 60 Home Runs en 154 partidos) o ya el último, hacia el final, donde el tema principal alcanza unas cotas muy altas de música celestial y triunfal.
Para el resto de la banda sonora, Shaiman solo se dedica a poner música más bien ambiental de comedia o dramática y cotidiana para la mitad de las escenas de la película, ya que hay más bien poca música original y la mayoria de música es diegética con canciones de los 60 y del momento en que se hizo el récord, cosa que está muy bien para involucrar al espectador mucho más en la historia. Así pues, la importancia de la música en este film está en darle protagonismo al récord, algo que el guión narrativo por sí solo no puede darle. Es una partitura aceptable pero lejos de ser una obra maestra o lejos siquiera de ser la mejor obra de Shaiman. De todas maneras, parece que tanto compositor como director tenían muy claro que el único uso de la música era el de darle importancia al récord y acompañar algunas escenas de dialogos para que los espectadores pudieran vincularse más con los dos jugadores protagonistas.
6/10