Un ama de casa del barrio madrileño de Carabanchel, cree que su marido parece estar poseído por un espíritu maligno. Ahí empieza una exhaustiva investigación, entre terrorífica y disparatada, para intentar recuperarlo.
Ecléctica creación que no establece ningún vínculo narrativo con el filme, sino que se ocupa de atender a las necesidades de cada escena, bien para el humor, para lo delirante o para lo emocional. Es muy presente en el filme, junto a canciones de la época. Aunque le da el tono adecuado en cada momento, su excesiva dispersión la convierte en un elemento secundario en el conjunto de la película.