Secuela del documental Mondo cane (63) en torno a la vida tribal africana y la fauna.
Tal y como hizo en Mondo cane (63), el compositor primó una visión bucólica y lírica, como contraste a la brutalidad de algunas de las imágenes del documental. Así, escribió un bellísimo tema principal (versionado también en forma de canción) y temas de refuerzo más dramáticos.