En una sociedad del futuro, una familia adopta a un niño robot programado para amar, pero lo abandona poco después. El niño, entonces, intentará encontrar la manera de dejar de ser robot para poder volver con su madre.
Banda sonora que contrasta dos mundos distintos: aquello nuevo y ajeno al entendimiento humano (los extraterrestres en aquella, el robot aquí), y la emoción que eso provoca en los seres humanos. Aunque haya paralelismos en intenciones, varían las formas de ejecución: el compositor aplica sonoridades modernas complejas e insistentes, con cierto aire minimalista, que evocan el entorno frío y siniestro que simboliza aquello que es artificial. En contra, un romanticismo de intensidad y emotividad crecientes en el que las melodías -bellas pero afligidas- desvelan los sentimientos humanos. El piano es el instrumento que conexiona ambos aspectos y que representa la búsqueda de unión, ya sea tocado en solitario (para lo humano) o sintetizado (el muchacho robot que quiere ser humano). La consecución del sueño del protagonista se refuerza con la inclusión de una cautivadora voz femenina que ayuda a convertir al niño robot en niño...
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