Remake del musical Aladdin (92)
En esta nueva versión se reutilizan las canciones del filme original y se aporta una nueva, Speechless, (obra de Meken y con letra de Benj Pasek y Justin Paul) es una aportación moderna que no acaba de encontrar su sitio en el conjunto, aunque tiene evidentes propósitos comerciales. Más allá de las canciones y de las versiones instrumentales de las mismas, en el resto de la banda sonora hay un eficiente trabajo de acompañamiento y énfasis de la acción, de aportación dramática y ambiental, con destacado uso de lo étnico y lo exótico. Pero poco más: en su conjunto es una obra algo apagada, a la que le falta la fuerza y la capacidad de seducción de la original.