daptación de la obra teatral ambientada en el siglo XIX, en un lujoso hotel de Dublín, donde una mujer se ve obligada a hacerse pasar por un hombre para poder sobrevivir.
Sencilla pero agradable creación dramática y ambiental, sin finalidades narrativas, en la que el compositor pincela el filme con música de aire celta y color melancólico dispuesto para generar un entorno contenidamente deprimido que, aplicado sobre el personaje protagonista, resalta su soledad y su dolor. Sus melodías son elegantes y cuenta con una bella canción en los créditos finales.