Cortometraje de animación. Un profesor de violín, desalentado porque su escuela de música se queda sin alumnos, recupera la energía, la ilusión y su propia autoestima cuando llega un alumno que lo revolucionará todo.
Banda sonora a ratos tierna y sentimental y en otros divertida y desenfrenada. El violín, naturalmente, es el instrumento protagonista, que se emplea para construir un bello tema principal en forma de vals en el que se aúna la melancolía por los gloriosos tiempos del pasado, la moderada amargura por el presente y la esperanza del futuro. Todo ello de modo muy claro y diáfano, expuesto en una suerte de carrusel (quizás también montaña rusa) donde diversas músicas en diferentes estilos van encontrando su espacio y pautando el ritmo y la narración de este elegante cortometraje, pero dejando libre el espacio que le corresponde al tema principal para su rápido y notable desarrollo, hasta llegar al que es también un final conclusivo y contundente.