Durante la Segunda Guerra Mundial un un espía del bando aliado se enamora de una compañera francesa, tras una peligrosa misión en el norte de África. La pareja se casa y tiene una hija... hasta que a él le notifican que ella puede que sea una agente doble que trabaja para los nazis.
El compositor firma una banda sonora que pretende abarcar varios frentes -el thriller, el dramático y el romántico, principalmente- pero que acaba siendo de resultados inconcretos y erráticos. La música para el thriller, para enfatizar el suspense, es inocua y funcional, no aporta nada en las escenas donde se aplica ni tampoco ayudan a generan tensión. No va mucho mejor en lo dramático, donde quiere imponerse una trascendencia que acaba por ser muy impostada por lo forzada, ni tampoco en lo romántico, con un tema principal que no logra encontrar su sitio en la película, salvo en la parte final en el que eclosiona, aunque ya demasiado tarde.
Esta aparenta ser una banda sonora hecha con prisas, que parece preocuparse más en llenar espacios y resolver escenas que en explicar algo que pueda ser seguido y comprendido, y que por encima de todo sume al resto del filme categoría y personalidad, algo imposible de alcanzar con una estructura tan débil. De los elementos que conforman la película, es uno de los menos interesantes.