Dos jóvenes que se conocen desde niños deciden huir del mundo que les rodea y viajar hasta el Ártico para poder amarse y encontrarse a sí mismos.
Partitura en la que el compositor se adentra en el interior de las complejas y hermosas imágenes del filme para otorgar cierta claridad y hacerlas algo más asequibles, asumiendo el papel de portavoz de la introversión de los personajes, en un viaje al fondo del inconsciente que, en el caso de esta partitura, expresa lo que estos esconden tras sus miradas y silencios, descubriendo y delatando sus fueros más íntimos ante el espectador, con una banda sonora elaboradísima.