Un exitoso hombre de negocios ve como su estabilidad familiar peligra por la turbulenta situación política estadounidense de la década de los 60, cuando su hija desaparece tras ser acusada de cometer un acto violento. Se dedicará a buscarla y lo que descubre remueve sus cimientos.
El compositor firma y desarrolla una creación dramática muy contenida y austera en lo emocional, pegada a la piel de la película y de su protagonista, resaltando su desazón, dolor y confusión pero también su anhelo. Se trata de una banda sonora que se mueve en los ámbitos interiores (al personaje) y exteriores, para el contexto de conflicto, y que deliberadamente es dotada de un tono en general grisáceo, nebuloso que genera cierta incomodidad, en momentos incluso tóxica, pero a la que se otorga un final algo más aliviador y resolutorio.