Una niña descubre que puede ver a los amigos imaginarios de todo el mundo, así que se embarca en una aventura mágica para reconectar a los amigos imaginarios olvidados con sus niños.
El compositor hace girar toda su creación alrededor de un bello y retentivo tema principal que sufre de cierto sobreuso, falta de desarrollo y una reiteración que busca mantener elevado durante todo el filme el tono sentimental y afectivo, pero que precisamente al intentar evitarlo cae de lleno en el edulcoramiento algo empalagoso. La falta de contención y de compensación con algún otro tema que pudiera funcionar como contrapeso o para permitir el respiro resulta en una forzada sobre-imposición y sobre-exposición de una música hecha con talento y las mejores intenciones en el subrayado de la nostalgia y la vulnerabilidad y que acaba por ser poco explicativa y menos atractiva.