En 2020, justo antes que se celebren los Juegos Olímpicos de Tokio, una joven ensoñadora vive en un mundo de fantasía lleno de robots.
La compositora aplica una música en la línea usual de las producciones anime, con temas para la magia y fantasía, melodías líricas y sentimentales y también momentos para la acción. Pero es una creación dispersa, a la que le falta solidez no solo en su estructura sino en sus melodías, que aunque bellas son algo desangeladas.