Partitura con un tono simpático que entona con lo pintoresco de algunos de los personajes y de las situaciones, sugiriendo la idea de un pequeño vodevil desarrollado en Madrid, con música cuyo empleo a priori resultaría más adecuada en cualquier pequeño pueblo de provincias que no en una gran urbe, tanto por su anacronismo como por su atipicidad. Esto produce un efecto de "aislamiento" de esos seres respecto a la realidad externa, que encaja con la singular personalidad de algunos de ellos. Para redondearlo, se otorga un espíritu más próximo a la tradición melódica catalana que no a la madrileña, por el uso casi exclusivo de instrumentos de viento. Durante el metraje se alternan diversos estilos (vals, swing, jazz...) con los que se consigue acoplar en el filme matices nostálgicos, burlescos y también decadentes, pero siempre desde una perspectiva que trata a los personajes con más respeto y cariño que no con cinismo. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Carles Cases Scores: Film Music Vol. 1 (96).