Durante el rodaje de una película sobre el holocausto armenio entre 1915 y 1918, el joven conductor del departamento de producción empieza a tomar conciencia sobre lo sucedido a los de su nacionalidad.
Banda sonora en la que se combina la música tradicional occidental -en emulación de lo contemporáneo del filme- con melodías armenias, religiosas y étnicas, con coros y soprano. En su conjunto aporta un cariz evocador y nostálgico, pero también dramático, y contiene pasajes de gran belleza.