Una joven pareja viaja hasta un antiguo caserío vasco que perteneció a su familia. Allí escribirán la historia común de sus raíces familiares, creando así un gran árbol genealógico donde se cobijan relaciones de amor, desamor, sexo, locura, celos e infidelidades, y bajo el que también yace una historia repleta de secretos y tragedias.
Para este filme de historias caleidoscópicas, tormentosas e hipnóticas la música del compositor ejerce la labor de unificar, solidificar y congeniar en un discurso único a personajes y relatos. Se hace de modo sobrio y austero, mínimo y minimalista, pero también intensamente emotivo. Un tema principal glassiano, hermoso y delicado, pero también sufriente, es el eje sobre el que se vertebra el resto de una creación dedicada a exponer el dolor pero también la liberación y redención.