En una prisión a punto de ser clausurada, los guardias y algunos presos, que esperan ser trasladados, empiezan a relajar sus relaciones y surgen insospechadas personalidades.
El carácter casi escénico de este filme posiciona a la música en un elemento más de esa escenografía, puntualizando momentos determinados, dando un aire algo extraño e irreal, en momentos religioso, en el que la batería es el instrumento protagonista.