Un perro lrememora las lecciones que ha aprendido de un piloto de carreras.
Los compositores aplican una banda sonora sentimental, dérmica, bastante superficial, que sirve mucho más para emocionar que para explicar, y que en ningún momento logra despegar y darle al filme una mínima personalidad o entidad. Siendo una música que se posiciona en un primer plano, de la hecha para ser escuchada y para aportar tonos y colores que resalten elementos dramáticos, es finalmente una banda sonora gris, apática, sin sabor ni color ni aroma. Y fácilmente olvidable.