Secuela de Arthur et les minimoys (06), en la que el protagonista acude a ayudar a una princesa amenazada por un villano.
El compositor sigue la línea del anterior filme, pero en el proceso pierde mucha fuerza, tanto en lo espectacular como en lo evocador. Esta es una partitura más sombría, ténebre, elaborada instrumentalmente y en la que se destacan algunos momentos de cierta intensidad, pero poco más.