A pesar de haber abandonado su oficio de ladrón de joyas, un hombre se convierte en el principal sospechoso de una serie de robos de piedras preciosas en los más lujosos hoteles de la Riviera francesa, así que no tendrá más remedio que demostrar su inocencia.
Banda sonora menor en la filmografía del director, se sustancia en música para el énfasis de la comedia y de la acción, de modo eficiente pero funcional, si bien se destaca por su simpático tema principal, del que se saca buen provecho. Aún así es una obra estimable, obviamente oscurecida por las grandiosas creaciones en los otros filmes de Hitchcock. Se acompaña de The Bridges At Toko-Ri (54)